CREANDO MONSTROS?
A veces la Cruz
de una persona es que tiene mucho y no sabe cómo compartirlo, o como
desarrollar los dones que tiene. No es
tan fácil, no hay nada escrito en la vida personal de cada individuo. Hay muchas injusticias, y lo que se ve no es
a veces la realidad. Pero hay promesas
para la humanidad, y la Merced y Fe pueden descubrir los secretos del misterio
del dolor y sufrimientos en nuestro mundo.
La gente no se analizaba mucho en el pasado, y ahora sabemos de la
importancia de estar conscientes de lo que nos pasa. Así, se puede evitar crear monstros, para poder
solucionar problemas y aliviar penas, antes de que se agranden.
Una vez, mi mama, que se analizaba, vino de una sesión y me dijo, “A veces, lo mejor que podemos ser es un buen ejemplo”. Ella padecía problemas de depresión y euforia. Pues, había tenido 10 hijos y su cuerpo y mente colapsaron. Pero, ya estaba mejor, y con los mejores médicos por la obra social de mi papa. Habia sido un proceso muy largo. Ella siempre había tenido todo lo que necesitaba materialmente, y papa proveía como un buen marido. Él era veterano lisiado de la segunda guerra mundial, y por eso, creo yo, no estaba de todo consciente del mundo actual en que vivía, y esto incidía en nuestra vida familiar. Quedaban las secuelas. Mama también había sido muy afectado por todos esos años de angustia e incertidumbre.
En su búsqueda de
mejorarse, mama hizo varias actividades, que yo admiraba mucho, y que solo con
más edad pudo apreciar plenamente. Creo
que estas actividades concretas y positivas le ayudaron a superar el pasado y
una vida rutinaria.
Una era lo que llamaban “Welcome Wagon”, allá en nuestro pueblo de Albuquerque, en estados unidos. Sería como decir, “Vagón de Bienvenida”. Como Albuquerque es un “Crossroads” o “Crucijada”, un centro entre importantes lugares, por ejemplo entre el este y oeste, norte y sur de estados unidos, entre ciudades como Denver, Los Ángeles, Houston, y cerca de la frontera con México, había mucho crecimiento del pueblo, y mucha gente que venía hasta ahí. Entonces, el grupo de mi mama hacia actividades para ayudar a la gente habituarse. Y lo hacían en una manera muy organizada y con empeño, y entusiasmo. Yo le veía venir contenta de las actividades, y pensaba de lo bueno que era eso. Como una persona que he mudado muchas veces, valoro la calidez de personas que han ayudado a hacer los cambios más llevaderos. Pienso que en nuestras iglesias podría ser bueno ayudar a la gente nueva (y tal vez no tan nueva) habituarse!
Otra actividad que mama hacia que yo admiraba mucho era de cuidar una persona que padecía una enfermedad grave del sistema neurológica. Mama, por entonces, padecía cáncer. Le veíamos mal, pero no estábamos de todo conscientes de lo enferma que estuviera, y ella no quería decir a nadie lo que tenía. Nadie se fijaba en que ella fuera o viniese de la casa de “Jonny”. Ni en lo que hacía o decía ahí con esa entusiasma y perspicacia únicas suyas. Yo tampoco me habría dado cuenta, pero ella era muy astuta, y me lo contaba como algo muy privado y secreto. Ella sabía que yo iba a repasarlo y contempla lo en la vida… mi vida también con sus penas y tristezas, rutinaria. Esos tertulios son lo que más extraño de ella. Esa actividad le ayudo a superar su propia condición.
Lo que me conto ese día, era de que ella estaba en un programa especial en que personas enfermas cuidaban a otras aún más enfermos. Era como terapia, muy bien guiado, y supervisado por especialistas. Hasta le pagaban un sueldo mínimo por hacerlo. Un día vino muy contenta y me mostro una foto de la persona que ella cuidaba, a quien más bien le hacía compañía. “Jonny”, una mujer con pelo gris y en una sillón grande. Daba la impresión que no se moviera nunca de ahí. En ese momento no me llego a la consciencia, pero cuando veni a radicar en la Argentina en el año 1987, traje la foto conmigo, y todavía la tengo.
La mujer se ve tan seria, y me acuerdo de como mama me contaba de cómo se hacía para “sacar una sonrisa” de “Jonny”, y contarle chistes. “Jonny” se murió, y un tiempo después mama se murió, agarrado de mi mano. Se murió en el segundo en que le salte’ la mano. Sentí como una energía o espíritu subiera en el momento que murió que llenara la habitación. Estoy convencida de que una parte de eso entro en mí.
Otra actividad que había hecho mama que admiraba (una más alegre) era cuando hizo el censo un ano. Ella venía muy contenta de estas actividades y se sentía útil y encima ganaba un sueldito. Le pidió a mi hermana que le saque una foto, vestida como le pidieron vestir y con su maleta, como si estuviese por ir al primer grado!
Tiran tanto dinero por ahí para tantas cosas, no pueden pagar mujeres que no tienen trabajos fijos, para hacer actividades útiles? No es posible hacer más digna el trabajo “extra” que tantos hacen? En ingles decimos “no creas tus propios monstros”! Cuando tomemos pasos para dar más dignidad al trabajo de cuidar a otros o trabajos de servicio, estamos evitando crear monstros! Por: Karla
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